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June 30, 2005

|| the witness ||

La ventana quedaba frente a la de ella, amplia con persianas de color fucsia y con una silla de madera de buen diseño, liviano con rasgos groseros y junto a ella su cama, grande como de dos plazas con sábanas de color rosa revueltas entre si formando su grandiosa figura. Ella era alta, de color trigueña, cabello largo y sedoso, de color almendra, rasgos finos y delicados, de curvas definidas y proporcionadas, eran como las 5 de la tarde y se levantaba para arreglarse y embellecerse frente al espejo con gestos vanidosos, mientras Tiago, desde su ventana observaba todo el ritual.

El ritual fue interrumpido cuando sonó el timbre y se levantó. Era un hombre alto, fornido, simpático, de tez blanca y cabello corto. Vestía pantalón oscuro y una camisa de rayas, muy elegante. Entró a su cuarto y la empujó hacia la cama. Tiago reaccionó ante la acción con un salto, un salto de interés quizás. Petra se levanta, él la coge por los brazos y la besa. Fue un beso apasionado lo que obligó que los dos se desvistieran. Se abalanzan frente al espejo quedando desnudos, ella de frente y el por detrás. Él pone sus manos entre sus piernas y las comienza a mover como si estuviese frotando la lámpara mágica. Tiago, desde la ventana, comienza a excitarse y empieza tocando sus pechos, sus mejillas, su cuello. Frente al espejo solo había una pareja ninfómana, mientras él la masturbaba una y otra vez, ella se observaba, coqueteando con el espejo y con Tiago. Sus manos recorrían por todo su cuerpo incluyendo sus pechos y besos en el cuello que aumentaban la adrenalina. Su cara era única, pues nunca dejó de sonreír y de jugar con sus gestos atractivos.

Tiago lleno de excitación tomó su silla y se sentó junto al telescopio, desabrochando su pantalón mientras observaba como él penetraba lentamente a Petra. De un momento a otro estaban en la silla liviana de curvas groseras. Ella se movía sin cesar moviendo su cabeza y el gozando de la satisfacción. Los movimientos empezaron a acelerarse. Tiago se estaba masturbando, como si estuviera en la misma habitación de ella, siendo observado por ella.

Ella giró su cabeza y lo observó como Tiago tenía sexo con ellos. Era un trío. Su rostro reflejaba mucha más satisfacción, el sudor recorría sus delicada cara, siempre con una sonrisa incitando a más y más. El calor, la pasión, el deseo terminó cuando vio terminar aquel hombre, se separan y ella se pone de frente a la ventana para ver como se excitaba hasta que terminó y Petra le envió una mirada de deseo con una sonrisa maliciosa como si estuviese diciendo te adoro. Él se sonrojó frente a su ventana mientras veía a partir aquel intruso y ella como si nada retomó sus actividades.

Frente a una ventana, detrás de un lente, de un telescopio.

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